domingo, 22 de marzo de 2009

Ɩnτɤoɗuccɩón

Todos los días sin faltar ni uno solo, la sociedad es víctima de enorme apremio mediático por cualesquier calamidad; por cada tema o fenómeno casuístico de adversidades. Si no hay tema se inventa. Todos los días, sin que falte ni uno, los medios de comunicación de toda clase y envergadura ejercen sobre la gente esta enorme presión --parecería-- de manera concertada y deliberada.

Por ejemplo, manera abrumadora nos informan de fenómenos bursátiles que llevaron a la bancarrota a esos llamados pomposamente “inversionistas de bolsa” que ya no podrán continuar obteniendo ganancias mediante la especulación financiera, pero los medios lo exhiben de tal manera que la misma sociedad llega a sentir culpa por la bancarrota súbita de los dolosos estafadores.

La presión es diversa con tal de sostener la coerción con eficacia, no importa si es por el fracaso de alguna selección deportiva o equipo atlético, porque se inundó diversa comunidad o casi no se cumplía la meta del Teletón; el asunto es mantener a la sociedad bajo coacción haciéndola sentir culpable del fenómeno de moda.

Al cerrar el siglo XX, se agregó al catálogo de las desgracias --para fruición de los medios-- el llamado Cambio Climático y Calentamiento Global, exhibiéndose el fenómeno como si las personas que viven de un trabajo lícito y pagan impuestos, fueran culpables de que los glaciares desaparezcan y el verano se cambie al invierno.


Para el caso se difunden infinidad de “conferencias magistrales”, “Foros Temáticos” o “Mesas Redondas” sobre el complicadísimo tema del medio ambiente que ni los expertos dominan, pero con la intención de responsabilizar al exhausto gobernado de la desaparición del Mar Aral, de que la tierra se calienta y los Polos se derriten.



Sin embargo, se evita cuidadosamente publicitar datos serios como los mostrados recientemente por el investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM y Bachelor of Science por la Universidad Estatal de Jarkov, Ucrania, Víctor Manuel Velasco Herrera, en el sentido de el cambio climático es recurrente y que prueba lo fue el llamado “Calentamiento Medieval” donde Groenlandia se quedó sin hielo desde el año 950 al 1100 de nuestra era.

En efecto, en una conferencia dictada en el Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, el geofísico Velasco Herrera afirmó que en los anteriores 120 mil años, se han registrado periodos como el Interglacial Eemiense, el penúltimo ciclo cálido que la Tierra ha experimentado, en el Cuaternario; dijo que había entre dos y cuatro grados por encima de la temperatura actual, en tanto, el nivel del mar tenía entre cuatro y seis metros arriba del presente, y que a diferencia de las incertidumbres en torno al periodo cálido medieval, en la pequeña era del hielo --alrededor de los años 1500 a 1800-- se sabe que el río Támesis se congeló en pleno verano y en Europa cayó nieve.

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